"No era posible que una expresión tan terrible que alcanzaba a vencer la
inexpresividad forzada de sus rostros de piedra, no portara un mensaje de dolor,
la prueba de esa condena eterna, de ese infierno líquido que
padecían.
Inútilmente quería probarme que mi propia sensibilidad proyectaba
en los axolotl una conciencia inexistente.
Ellos y yo
sabíamos."
Axolotl, J. Cortázar.
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