domingo, 8 de diciembre de 2013

«Me resulta sencillamente aburrido estar demasiado tiempo en algún lugar, y entonces cambio. Sin embargo, me siento cada vez muy decepcionado, vaya adonde vaya. [...] Cuando uno está allí, en el fondo se comprende: por el amor del cielo, ahí hay otra vez familias con niños y trabajadores portuarios, ahí cruza un presidente la calle y la gente hace una inclinación. Y allí hay también periódicos, y en ellos hay lo mismo que en todas partes, alguien se ha caído por la ventana y han salido los bomberos, ¿no? En realidad es siempre lo mismo».

¿Le gusta ser malvado?, Thomas Bernhard y Peter Hamm.

lunes, 25 de noviembre de 2013


«De modo que yo escribía. Llevaba varios años buscando un lugar acogedor para escribir, sin encontrarlo, rastreando estudios y apartamentos, entrevistándome con porteras y encargados de inmobiliarias y otra vez porteras, regateando precios de alquileres, anotando números de teléfono en papelitos y transcribiendo los mensajes que voces misteriosas dejaban al anochecer en el contestador; hasta que un día terminé rindiéndome a la verdad: que no existe nada parecido a un lugar acogedor para escribir. Que escribir es, en sí mismo (tiene que serlo), lo contrario del hogar: un lugar inhóspito, manicomial, un sótano con poca luz y humedad excesiva. Desde entones dejé de buscar, me conformé con lo que tenía, me relajé. Asumí que escribir no es ese espacio apropiado para instalarse en él durante largas temporadas, sino solo para hacer visitas breves, entrar y salir, y el resto del tiempo pasarlo fuera y a ser posible lejos, cuanto más lejos mejor. Y en esto -pero solo en esto- se parece un poco a la felicidad».

"Los horarios cambiados", Técnicas de iluminación, Eloy Tizón.

martes, 19 de noviembre de 2013

«Toda publicación es una tontería, y prueba de un desagradable rasgo de carácter. Editar la inteligencia es el más vergonzoso de los crímenes y yo no he vacilado en cometer varias veces ese crimen, el más vergonzoso de todos. Al fin y al cabo, ni siquiera fue la grosera necesidad de comunicarme, porque nunca he querido comunicar nada a nadie, con eso no tenía ninguna relación, fueron simples ganas de gloria y nada más». 

Hormigón, Thomas Bernhard.

miércoles, 30 de octubre de 2013

«Termino por creer que es solo el estilo del pensamiento y no el estilo de la expresión lo que marca la diferencia en los libros, pues si descubro un pensamiento digno de ser extraído no deseo alterar el lenguaje. Parece entonces que al autor se le hayan dado todas las gracias de la elocuencia y la poesía».

Escribir (una antología), Henry David Thoreau.

jueves, 24 de octubre de 2013

«La historia más terrible la encontré hoy en las memorias de una mujer, Misia Sert. La llamo Suplicio de las moscas y la transcribo literalmente:
"Una de mis compañeras de habitación había llegado a dominar el arte de cazar moscas. Tras estudiar pacientemente a estos animales, descubrió el punto exacto en el que había que introducir la aguja para ensartarlas sin que murieran. De este modo confeccionaba collares de moscas vivas y se extasiaba con la celestial sensación que el roce de las desesperadas patitas y las temblorosas alas producía en su piel"».


El suplicio de las moscas, Elias Canetti.

domingo, 20 de octubre de 2013

«Voy a hacerme lector de islas en mi búsqueda de un paraíso al que irme con los libros, con todos los libros del mundo, o al menos con todos los libros de la biblioteca escolar, y querré acercarme así a las costas de la isla de Kirrin, con los Cinco de Enid Blyton, y también a las costas de la isla de Nunca Jamás, aunque no me acabará de convencer el estilo de vida de Peter Pan, y querré andar, de...sde luego, por las playas de la isla civilizada por Robinson Crusoe, y en mi confusión identificaré la Isla Negra de Neruda con la isla Negra de Tintín, y cuando todavía siga divagando con la posibilidad de una isla influido entonces, claro, por otras lecturas, no podré, ni por un instante, apartar la sensación de que la isla pánico del doctor Moreau era un poco la isla Utopía de Tomás Moro, y que el nombre del uno estaba implícito en el nombre del otro».

Los príncipes valientes, Javier Pérez Andújar.

viernes, 28 de junio de 2013

"Pienso en bisontes y ángeles, en el secreto de los pigmentos perdurables, en los sonetos proféticos, en el refugio del arte. Y esta es la única inmortalidad que tú y yo podemos compartir, Lolita mía"
Lolita, Vladimir Nabokov.