«- ¿Nunca sale de casa?
- Nunca, ya hace años... En cierto momento de mi vida hice cálculos: si salgo de casa con idea de conocer a una persona inteligente, a una persona honrada, corro el riesgo de encontrarme con, de media, doce ladrones y siete imbéciles que están deseando comunicarle a alguien lo que opinan de la humanidad, del Gobierno, de la administración municipal, de Moraia... ¿Cree que merece la pena?
- No, desde luego que no.
- Además, yo en mi casa estoy en la gloria, sobre todo aquí. - y levantó las manos para señalar y abarcar los libros del despacho.
- Buena biblioteca -dijo Laurana.
- No es que aquí deje de encontrar ladrones e imbéciles... Escritores, me refiero, no personajes... Pero me deshago de ellos fácilmente: devuelvo los libros a la estantería o los regalo al primer necio que viene a visitarme.»
A cada cual, lo suyo. Leonardo Sciascia.
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